Claridad, la novela

viernes, 26 de agosto de 2016

3.-El sueño de una noche de verano, o, Una ciudad accesible


“... OBERONis._ (...) Sin embargo, examiné el sitio en que cayó el dardo de Cupido; cayó en una florecilla de Occidente que en otro tiempo fuera blanca como la leche y hoy está encarnada por la herida del amor. Las jóvenes la llaman frivolidad de Amor. Ve a buscarme esa flor; ya te la he descrito. Su jugo, exprimido en los párpados cerrados, basta para que una persona,  hombre o mujer, se enamore perdidamente de la primera criatura viviente que vea al despertar. Ve a buscar esa planta, y vuelve en menos tiempo que el que necesita Leviatán para nadar el espacio de una legua. 

PUCK._ Puedo dar la vuelta a la tierra en cuarenta minutos.
 
                                                    (Se va.)

OBERONis._ Una vez en posesión del jugo de esa planta, acecharé a Titania en su sueño y dejaré caer algunas gotas en sus ojos. Entonces el primer objeto que se ofrezca a su vista, aun cuando sea un león, un oso, un lobo, un toro o un mono, le inspirará profundo amor, y antes de desencantar su vista, como puedo hacerlo con otra hierba, la obligaré a cederme el paje de la accesibilidad. ...”
 
Minerva cerraba y abría carpetas. Los rayos de sol se colaban por la ventana del cuarto de estar haciendo brillar su pelo rubio que le caía en cascada por la espalda, estaba muy guapa. Sostenía un bolígrafo negro entre sus labios pintados de carmín. Encima de la mesa camilla había colocado unos folios cuadriculados y mi trabajo de accesibilidad.
Me puse a su lado.

-¿Preparada? -preguntó.

-Sí, ésta es la segunda entrevista que me hacen.

-¿Y qué tal fue la primera?

-Fatal, Mini. La periodista jovencita, muy maja y simpática, todo ideal, hablamos como amigas y tal y cual, y cuando veo el periódico las primeras líneas me impide seguir leyendo y me pone de una leche que si la tengo enfrente la estrangulo. Ponía: joven minusválida de treinta y cinco años postrada en una silla de ruedas... Y no leí más.

-¿Por?

-Joder, Minerva, pues porque me puede adjetivar como le de la gana, mi edad me trae al pairo que se diga, pero la palabra postrada no. Será costumbre decir eso, pero la palabra postrada, postrar, es denigrante. Yo que nado entre palabras escritas menos cuando estudiaba, pienso bueno sé, que esa palabra rebaja a cualquiera; y es que, aunque pasáramos de su significado, parece como si dijera que cogen me sientan en la silla, me acicalan, me muestran la vida, y ya está, todo perfecto... Bueno, perdona, tú no tienes la culpa. Me olvido y además... no le debo pedir olmos al manzano.

-Eso es, sonríe, pero ahora olvídate de tus refranes quebrados. Y recuerda que no debes darle tanta importancia a la falta de sensibilidad e imaginación de nadie que trabaje con palabras.

¿Empezamos? Bien.

¿Es cierto que has recibido una carta de la Casa Real, de la Moncloa y del Presidente de Castilla- la Mancha?

-Sí, mira aquí están. A todos esos sitios y a algunos más, y a todos los periódicos y medios de difusión locales, enviamos una copia del trabajo. A SM. la Reina Dª Sofía, le envié el original. Todos me felicitan por mi iniciativa y claro, muy buenas palabras. También lo mandé a Internet y lo han publicado.

-¿Tu iniciativa? Pensábamos que esto era cosa de Aprodisfis.

-No, el trabajo lo hice yo sola y las fotos mi marido, algunas las hice yo desde mi silla porque sabía que iban a impactar más. Una vez que lo tuve, lo presenté ante los demás miembros de la Junta Directiva y les gustó, y ya se encargó la Asociación de imprimir y difundir a quien yo dije. El objetivo era llegar al mayor número de gente, no sólo con comentarios, sino con imágenes transcritas en mensajes de injusticia; que todo el que viera el trabajo palpara la enorme carencia en cuestión de accesibilidad que tiene la ciudad.

-¿Y por qué mandarlo tan arriba?

-Pues porque llevamos tantos años luchando, protestando (tú lo sabes bien, Mini), y apenas obtenemos nada, que pensé que cuando el Ayuntamiento supiera a donde había mandado el trabajo, se les iba a caer la cara de vergüenza.

-Lo conseguiste. La mayoría de la gente no habíamos visto tan de cerca esas aceras rotas, has ido de dura y ha salido bien. Me gusta éste reclamo de la portada: “Acabado el tiempo de promesas, necesitamos realidades”.

-Ten en cuenta que esto lo hice durante los primeros meses del año, en Marzo fueron las elecciones locales y mi trabajo salió en el mes de Abril. Estaba claro: tiempo de realidades. Estoy tan harta de escuchar y de guardar todo lo que prometen los políticos y ver que luego no hacen nada, que creo que un día no muy lejano dejaré de votar porque cada vez odio más el circo que montan antes de las elecciones.

“... TITANIA (despertando) _ ¿Qué ángel me despierta en mi lecho de flores?

CONCEJALdeURBANISMO (cantando rap) _

                             Éstas elecciones las vamos a ganar,

                             prometeré y prometeré y a todos gustaré...

Y en efecto, ¿quién se va a acordar de lo que garantice ahora? ¿Quién querría dar un mitin en la plaza de toros, aun cuando llueve a cantaros, salvo la oposición?

TITANIA._ Te ruego, hechicero mortal, que cantes más; tus cantos han cautivado mi oído. Asimismo los ojos se han enamorado de tus formas, y la fuerza de tu brillante mérito me obligan a jurarte que te amo.

CONCEJALdeURBANISMO._ Me parece, señora, que no tenéis motivo para amarme. Pero a decir verdad, en el tiempo en que vivimos, la razón y el amor rara vez van juntos. Es mucha lástima que algún vecino honrado no me recuerde el mal estado de las aceras, y sin embargo, ellos me votan y me quieren.

TITANIA._ Eres tan cuerdo como hermoso.

CONCEJALdeURBANISMO._ No soy una cosa ni otra. Pero si tan sólo tuviera talento para volver a ganar las elecciones...”
 

-La verdad es que no te quedas indiferente al ver las fotografías y el mensaje al pie de ellas ¿Por qué hiciste el trabajo?

-(Como si no lo supieras jejeje. Vale, no lo sabes que estamos trabajando) Porque, como digo en él, no me dejan salir de casa sola, pero no soy la única perjudicada, están las personas que tienen dificultad al caminar, ancianos, invidentes, mamás que llevan el carrito del bebé... Y nadie hace nada. Llevo cinco años viviendo en un piso adaptado, me cambié porque las escaleras me impedían salir sola a la calle, y ahora me lo impiden las barreras arquitectónicas, impedir impedir no, pero me niegan la seguridad a la que cualquier ciudadano tiene derecho.

-¿Por no ir por la acera o por el peligro de que una rueda tropiece con las baldosas rotas y os caigáis?

-Por las dos cosas. Y a mí ya me ha dado un golpe un coche por ir por la carretera.

-¿Por qué no ibas por la acera?

-Porque no había rebaje de bordillo para acceder a ella, además fue en un sitio que los hemos solicitado infinidad de veces.

-¿Y por qué no pides a alguien que te ayude a subir a la acera?

-No tengo problemas en pedir ayuda, si vas por ahí, hace muchos años sí, ¿pero tú sabes lo que pesa sólo el motor de la silla eléctrica, que es con la que me muevo en la calle yo sola? Cuarenta kilos. Y en el caso de que un Hércules me suba ¿le pido que me acompañe hasta que se acabe para que me ayude a bajar? Lo pongo bien claro en el trabajo: mientras podamos queremos ser independientes. Además, la creación de rebajes de bordillo debía ser prioritario en una ciudad que acoge un CAMF ¿no? Sin mencionar que a los coches se lo hacen, cada dos por tres, para que entren al garaje.

-De acuerdo ¿Te pasó algo en el golpe?

-A parte de que me puse muy nerviosa, nada. El coche no me vio, empezó a dar marcha atrás y me empotró contra una pared, la gente empezó a gritar y el conductor paró. Los hierros de mi silla eléctrica se llevaron la peor parte, yo sólo una tila.

-¿Le denunciaste?

-¿Al conductor? Para nada. Tendría que haber denunciado al Ayuntamiento porque son ellos los que me obligan a ir por la carretera al no dejarme ir por la acera. De todas formas, llamó un concejal a mi casa al enterarse y prometieron que esa calle en cuestión de un mes tendría rebajes de bordillo. Estamos en Junio del 2000, el accidente ocurrió en Octubre del 98 y todavía no han hecho los rebajes.

-¿Qué sientes al no poder entrar a tantos edificios públicos como denuncias en tu trabajo?

-Impotencia y rabia porque como ciudadano que soy pago mis impuestos, tengo todo el derecho del mundo a exigir. Resulta gracioso que algunos, dentro de éste colectivo minoritario de discapacitados, vean en mí un afán de protagonismo cuando tan sólo estoy exigiendo lo que nos pertenece.

-Pero ¿quizá si lo hicierais entre todos conseguiríais más?

-(¿Crees que no lo he intentado? tú me conoces Mini) Lo intenté, de éste tema no voy a comentar nada, tan sólo te diré que presenté el trabajo fuera de mi asociación antes de imprimirlo, sé que lo ignoraron, por insulso me temo, o porque no conté con ellos para hacerlo, pero si lo hubiera hecho no estaría acabado. Poca experiencia y escasas tablas tengo, pero sé que las cosas de muchos rara vez llegan a buen fin. La repercusión que ha tenido el trabajo les ha pillado de sorpresa, han dicho que no sabían nada de él. Ya te digo, mejor pasamos de tema.

 
“...                                              ( Oberonis se adelanta,
                                                           y entra Puck)

OBERONis._ Bienvenido seas, querido Robín. ¿Ves este delicioso espectáculo? Ahora empiezo a sentir lástima de su locura. Habiéndola encontrado en el claro del bosque, ocupada en recoger dulces perfumenes para ese odioso imbécil, le he dirigido reproches y la he censurado agriamente. Había ceñido las sienes velludas de su amante con coronas de flores secas y olorosas. Las gotas de rocío que hace poco radiaban sobre los capullos como perlas de Oriente, parecían ahora en el fondo del cáliz de esas flores como otras tantas lágrimas que llorasen su propio envilecimiento. Cuando la he reñido, y ella me ha implorado perdón en términos blandos y sumisos, le he pedido el paje de la accesibilidad que acompaña al Concejal pasivamente. Ella me lo ha cedido al momento, y ha dado a un hada suya la orden de que actúe rápidamente aniquilando todas las barreras arquitectónicas. Ahora que me ha cedido al paje, voy a curar sus ojos de su abominable error. Rompamos el hechizo de la reina de las hadas. (Se acerca a Titania y vierte en sus párpados jugo de una flor que lleva en la mano)

Vamos, querida Titania mía; despierta, reina encantadora.

TITANIA (se) _ ¡Mi querido Oberonis! ¡Qué visiones he tenido! Me parecía que estaba enamorada de un asno...”
 

-¿Y ahora estás contenta, May?

-Sí, pero con precaución. Ya he leído el presupuesto destinado a arreglar todas las aceras que denuncié en el trabajo, pero prefiero alegrarme del todo cuando vea las obras empezadas. Y aún así, éste es sólo el primer paso.

-¿En el libro que piensas escribir hablarás de tu trabajo?

-No lo sé, mi libro de momento es un proyecto de biografía novelada, algo muy acariciado y estudiado. Pero ten por seguro que si alguna vez vuelvo a contar esto, será salpicado de ironía y humor.

Dejamos la entrevista ahí.

Minerva fuera de su papel de periodista se mostraba muy seria, casi distante. No había superado la muerte de sus padres ocurrida hacia tres años y nuestra ciudad, estaba llena de recuerdos felices que la oprimían. Me había dicho en un email que se irían a vivir a Madrid en cuanto encontraran un piso de alquiler; que había puesto en venta la peluquería porque sin sus padres aquel negocio no tenía sentido... Pero ahora que la tenía enfrente no decía nada, hurgaba y colocaba papeles esquivando mi mirada. Pensé que hablar escondida detrás de un ordenador es muy fácil cuando se quiere ocultar el dolor, pero yo sé lo que Mini ama los rincones en los que creció, imagino lo que dolió poner en venta el sueño de sus padres, y no tuve que verla para adivinar que lloraba mientras me escribía.

Aquella tarde mi amiga Mini pedía silencio y compañía, y yo se lo regalé en un abrazo.

 

“...                             (Salen Oberonis, Titania y sus séquitos)

PUCK (dirigiéndose al público)

Si nosotros, fantasmas vanos, no os hemos dado gusto, suponed que habéis dormido todo el tiempo que han durado estas visiones; y entonces, como nuestra pobre obra sólo tendrá la consistencia de un ensueño, no merecerá que vosotros, gentiles espectadores, os encolericéis contra ella.
Tan cierto como que soy el buen Puck, os digo que si no nos silbáis como serpientes, procuraremos hacerlo mejor antes de poco tiempo; y si no es así, decid que Puck es un embustero.
Después de esto, buenas noches a todos; aplaudid, si es que somos amigos, y Robín hará todo lo que sepa para daros gusto otra vez.
 

                                                                         
  William Shakespeare, o casi. ”

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